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2 NOVIEMBRE 2021

EL ACV es prevenible y tratable.

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Año tras año, llegando Octubre, no somos pocos los que nos sentamos a pensar cómo abordar nuestro tema de trabajo e interés, de manera de llegar a cada ciudadano, generando información clara. Impactar para transmitir conceptos acerca de esta patología tan prevalente. No hay nada más empoderador que ser activos partícipes de nuestra salud y su cuidado.

El 29 de Octubre se conmemora a nivel mundial el Día del ACV, y en todo el mundo se generan y multiplican acciones tendientes a informar, educar, debatir, acerca de los puntos más importantes de esta patología.

Desde INECO nos sumamos activamente a las acciones previstas por la World Stroke Organization y la Sociedad Neurológica Argentina. Este año, se hará especial énfasis en la detección de signos y síntomas.

Si hablamos de ACV, sabemos que es una enfermedad prevalente que afecta a la circulación de nuestro cerebro, en forma intempestiva la mayoría de las veces. Puede ser ISQUEMICO, cuando una arteria del cerebro se ocluye, privando de la llegada de sangre a una área determinada del cerebro; o HEMORRÀGICO, cuando una arteria cerebral se rompe, volcando su caudal al cerebro directamente.

¿Cómo se manifiestan estas situaciones clínicamente?

Hay varios síntomas y signos a tener en cuenta que deben, ante su aparición, motivarnos a concurrir a la guardia más cercana, aun cuando estos síntomas/signos desaparezcan.

  • Debilidad/sensación de adormecimiento en un lado del cuerpo. Puede ser brazo y pierna, cara y brazo o cara, brazo y pierna.

  • Trastornos en la comprensión o emisión del lenguaje. Se puede presentar un habla “arrastrada”, o bien el no poder emitir palabras o no comprenderlas.

  • Dolor de cabeza muy intenso, de aparición brusca, referido como el peor dolor de cabeza en la historia de esa persona.

  • Dificultad para ver, de uno o ambos ojos. La visión presenta como un “telón” en una parte del campo visual, o en todo el mismo.

  • Trastornos en la coordinación, mareos de aparición súbita, dificultades para caminar.

Hay una forma sencilla, conocida mundialmente, para detectar estos síntomas rápidamente y actuar. Se utiliza la sigla F.A.S.T, de habla inglesa, que quiere decir:

  • F de Face (rostro, cara): si vemos que la sonrisa no es simétrica, pareja en ambos lado de la cara

  • A de Arms (brazos): si levantamos ambos brazos estirados a la altura de los hombros, y uno cae o no podemos levantarlo, o sostenerlo.

  • S de Speech (discurso, lenguaje, habla): si no somos capaces de decir una frase simple o tenemos problemas para comprender lo que nos están diciendo.

  • T de Time (tiempo): para recordar que el tiempo apremia en esta situación, que hay que buscar ayuda de inmediato.

Siempre se debe consultar, aunque los síntomas desaparezcan en un lapso de tiempo. ¿Por qué? Porque hoy se dispone de tratamientos específicos para tratar el ACV, dentro de un período de 4,30 hs. Llegar a la Institución de salud a tiempo, permitirá que el paciente sea asistido de inmediato, evaluando el tratamiento más adecuado para su situación.

Actualmente los equipos interdisciplinarios de las Unidades de Stroke, manejan protocolos de actuación estudiados, probados y efectivos, a nivel mundial.

Se pueden utilizar fármacos endovenosos, intraarteriales o bien, técnicas especiales endovasculares, aplicadas todas por profesionales altamente capacitados e idóneos. Es importante llegar cuanto antes a recibir atención, ya que hay criterios estrictos para recibir estos tratamientos. Hacerlo a tiempo mejorará el pronóstico, las oportunidades para realizar estudios y tratar de conocer el origen de ese evento cerebrovascular, su tratamiento y posterior neurorehabilitación específica.

¿Cómo prevenirlo?

Podemos realizar una prevención tanto primaria como secundaria, adoptando un estilo de vida saludable, con un adecuado control de factores de riesgo, los cuales pueden definirse como una situación que nos pone en mayor riesgo de presentar una enfermedad, en este caso un ACV, que el resto de las personas de nuestra edad y condición que no lo presentan.

Los factores de riesgo más comunes en la población argentina son hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad, sedentarismo, dislipidemia, entre otros.

Tener una consulta programada con nuestro médico de cabecera, donde podamos conversar acerca de estos aspectos, acceder a estudios complementarios cuando sean necesarios, y adoptar un estilo de vida saludable, es fundamental.

Es un espacio que debemos gestionar periódicamente, tomar acciones acerca de nuestra propia salud de la mano de un profesional médico, es un compromiso con nosotros mismos, nuestras familias, amigos, con nuestra sociedad.

El ACV es prevenible, tratable. Aprender a reconocerlo, es de vital importancia para buscar asistencia inmediata. Este año, seguimos aprendiendo juntos.


Dra Virginia Tejada Jacob - Médica especialista en Neurología. Directora de Neurología INECO Neurociencias Oroño Coordinadora Clínica de Enfermedades Cerebrovasculares.